Kobe Bryant ha sido uno de los atletas más competitivos en la historia del deporte. Su capacidad para dominar a los rivales tanto en el juego como en lo mental lo ha llevado a ser un verdadero problema para todo el que lo enfrentara. Sin embargo, Luis Scola cuenta con una personalidad bastante similar que no se deja atropellar por cualquiera. Ambas chocaron en un partido que ocurrió hace doce años y el encargado de frenar la situación fue nada más y nada menos que un tal LeBron James.
Ocurrió durante los Juegos Olímpicos de Beijing 2008. Estados Unidos había armado un equipo de superestrellas para redimirse de lo ocurrido en Atenas, torneo en el que la Argentina se colgó la medalla dorada. Esas mismas selecciones se cruzaron en las semifinales de la edición asiática y el Team USA tuvo la oportunidad de vengarse de lo sucedido en Europa. Fue victoria por 101-81, pero la historia más interesante aconteció durante unos tiros libres lanzados por Chris Bosh.
“Me encanta, Scola. Así me gusta”, lanzó Bryant en un perfecto español. Esa frase disparó la respuesta instantánea del argentino: “Hablá inglés que te sale mejor.” A eso, la Mamba Negra contestó con una línea típica de su repertorio: «Voy a mostrarte en qué idioma hablo.» Mientras la cosa se calentaba entre dos competidores natos y el árbitro estaba a punto de señalar faltas técnicas, apareció la calma de James: “Para, Kobe. Es suficiente. Es hora de jugar.” El escolta de Los Ángeles Lakers entendió y se concentró en el partido. A la siguiente jugada, robó la pelota y la volcó. “Para mí, que Kobe me haya tenido semejante respeto como para escucharme… que Dios bendiga su alma”, agregó LeBron sobre ese momento en una entrevista en su medio Uninterrupted.
Scola tuvo una actuación soberbia, en la que acumuló 28 puntos y 11 rebotes. Sin embargo, el seleccionado norteamericano se llevó el triunfo y eventualmente recuperó el oro olímpico. Ese momento fue una demostración de la mentalidad ganadora de jugadores icónicos para sus respectivas naciones. Pero, según The King, sólo hay dos figuras capaces de brillar tanto en el juego mental como dentro de la cancha: “Muchos jugadores hablan y luego no respaldan lo que dicen en la pista. Kobe y Mike (Michael Jordan) podían hacerte trash-talk y, al mismo tiempo, darte una paliza en el juego.”