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VICTORIA AJUSTADA DE LOS SPURS CONTRA DALLAS MAVERICKS

Si quería volver a prenderse en la recta final de la lucha por los Playoffs, San Antonio tenía que ganar este martes, en el duelo texano ante Dallas Mavericks. Y aunque durante buena parte del encuentro parecía que se quedaría corto, terminó aprovechando un gran sprint final (36-24 en el último cuarto) para imponerse por 119-109.

Clave en ese excelente cierre de los de Popovich fue la actuación de LaMarcus Aldridge. El ex Portland anotó 11 puntos en el cuarto período y tuvo varias conversiones decisivas para mantener a raya a los Mavs. El ala pivote no venía teniendo un buen partido (5-16 durante los tres primeros cuartos), pero apareció en el momento indicado para definir la historia.

A pesar de la rotación constante, los Clippers vapulearon a Golden State

Los Clippers han tenido varios partidos en la temporada en los que parecieron jugar al nivel de sus contrincantes. Y así fue como perdieron o complicaron de más, encuentros contra rivales a priori dos o tres escalones por debajo suyo.

Este martes, sin embargo, no hubo nada de eso: aún enfrentando a unos Warriors sin Stephen Curry ni Draymond Green, entre otras bajas significativas, los de Doc Rivers dominaron de punta a punta y sentenciaron el encuentro en 20 minutos.

Sea por la frustración que puede haberles generado la reciente derrota ante los Lakers o simplemente por estar apretando el acelerador de cara al comienzo de los Playoffs, lo cierto es que Los Angeles no subestimó ni reguló ante el equipo de Kerr. Intensidad a pleno desde el minuto uno y un extraordinario primer tiempo ofensivo, para irse al descanso largo con ventaja de 76-48. Todo definido y dejando a la segunda mitad como un mero trámite.

El 131-107 final ni siquiera termina de reflejar la diferencia que se vio entre uno y otro. De no ser por un último cuarto jugado a media máquina, los Clippers podrían haber ganado por 45 puntos. Así de grande fue la brecha.

La mejor noticia para los angelinos, aún por encima del triunfo, pasó por el descanso que le pudieron dar a sus figuras. Un factor clave en este cierre de Fase Regular y sobre todo en jugadores como Kawhi Leonard o Paul George.

De la mano de sus figuras, los Rockets cortaron la mala racha ante los Timberwolves

Durante unos 30 minutos de juego, parecía que la pequeña crisis de los Houston Rockets iba a sumar un nuevo golpe. Y es que restando cinco minutos en el tercer cuarto, los Minnesota Timberwolves se imponían como visitantes por doble dígito, 73-63.

Hasta ese punto, el equipo de D’Antoni estaba volviendo a hacer agua en todos los rubros que lo venían complicando en estos días: falta de rebote, bajos porcentajes de tiro, total ausencia de una amenaza en transición… el partido parecía estar en total control de la visita.

Hasta que James Harden y Russell Westbrook tomaron cartas en el asunto.

El primero en ayudar a revertir la compleja situación fue el base: siete puntos en el cierre del tercero, para empatar el marcador en 80 y luego irse con ventaja de tres, gracias a un triple sobre la bocina de Austin Rivers. El último cuarto siguió viendo a un Westbrook dominante (8 puntos), pero le sumó el desequilibrio de Harden (11 y 6 asistencias). Y ya fue demasiado para los de Saunders.

Entre ambos, anotaron 30 puntos (15 cada uno) en esos últimos 17 minutos de acción. Minnesota no tuvo ningún tipo de respuesta para frenarlos y aún sin el vuelo colectivo de otros momentos, la jerarquía de sus figuras le alcanzó a los Rockets para cortar con la racha de cuatro derrotas seguidas. 117-111 y a pensar en lo que viene con otro ánimo.

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