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YACONO: “EL PROYECTO `VOLUNTADES DE HIERRO´ ME HACE MUY FELIZ”

Kevin Yacono, entrenador y jugador de El Pozo, dialogó con Basquetboleando. El joven encara un proyecto denominado “Voluntades de Hierro”, que inició en el año 2013 en el barrio El Pozo de Santa Fe y ya tiene sus frutos. Los detalles en la siguiente nota. Entrevista.

 

Para conocer más pormenores del proyecto que encabeza Kevin Yacono, desde hace un tiempo y que ha formado una cadena de favores, conversamos con el protagonista y generador de esta iniciativa. Además, de sus anhelos que tiene como entrenador.

 

 

-¿Dónde estás dando prácticas y que estás haciendo específicamente?

-KY: “Actualmente estoy dirigiendo en El Pozo. Un grupo de chicos, el cual se llama “Voluntades de Hierro”. La idea es sacarlos de la calle.

El trabajo lo vengo realizando hace unos tres años. Pero, este año, fue el que trabaje más intensamente. Con la pandemia se frenó algo.

Por otro lado, tuve que abandonar el club Santa Rosa por cuestiones de tiempo y económicas. Pude conseguir otro trabajo, uno fijo, con el cual me puedo mantener y poder darles una mano más a los chicos del barrio El Pozo”.

 

-En tu iniciativa en el proyecto “Voluntades de Hierro”. ¿Cómo hiciste para poder tener continuidad pese a la pandemia?

-KY: “Lo que me favoreció la pandemia es que pueda ir preguntando y consiguiendo cosas, a través del tiempo, sin poder estar entrenando. Así, que me fui moviendo y obteniendo cosas por mí y por la ayuda de los chicos, para ir comprando elementos.

Estamos esperando poder volver a entrenar con los chicos.

En marzo, antes de la pandemia, estaba contento porque había 32 chicos entrenando. Chicos entre los 13 y 27 años. Pero, con el virus, se tuvo que parar todo”.

 

-¿Cómo haces para trabajar con chicos de tantas edades diferentes? ¿Cómo surgió el proyecto?

-KY: “La idea comenzó con un chico que lo conozco del barrio. Quien siempre tuvo varias dificultades y un día de le di una mano a través del básquet. Lo invite a jugar un día a la plaza y le gusto. Vi que le ponía pilas a eso y a la vez lo alejaba de sus conflictos. Lo miraba y notaba cambios buenos en él. Entonces, dije si lo puedo ayudar a él, también lo puedo hacer con otros chicos. De ahí, surge la idea de crear un grupo de chicos que pueda jugar al básquet en El Pozo. Ya han pasado 3 años de esta idea y me entero de que estaba el Torneo Promocional. El cual ayudaba a los clubes que no tenían cancha cerrada y parqué. Entonces, se me ocurrió la idea.

Fui consiguiendo chicos que habían dejado de jugar y otros chicos que estaban por la plaza y el barrio. Así, de un día para el otro, nos organizamos y comenzamos a jugar. Poco a poco, fuimos consiguiendo recursos y chicos que trabajan en algunos lugares nos dan una mano”.

 

 

-¿Cómo es ese círculo o cadena que busca ayudar y de cuantas personas estamos hablando, son participes?

-KY: “Desde que comenzó el proyecto, hemos ayudado a 74 chicos. Familias que colaboran son 15 fijas y otras 3 o 4 que están presentes las veces que pueden.

Te doy un ejemplo de cómo funciona este proyecto: “Yo busqué siempre trabajo y no conseguía y resulta que a uno de los chicos que estoy ayudando, es el que me consiguió trabajo. Así, funciona la cadena”.

La verdad es que se conformó un lindo grupo. Además, me pone contento que muchos chicos que comenzaron o volvieron a jugar, hoy en día están jugando en otro equipo. Por ejemplo, Jorge García o Pablo Fernández, están jugando en Santa Rosa. Otros chicos se fueron a Kimberley.

A partir de la idea de El Pozo, los chicos después se fueron distribuyendo en otros equipos. También, se le dio la mano a otros chicos que estaban comenzando a ser entrenadores. Es más, yo jamás pensé que iba a ser entrenador.

El primer partido que íbamos a jugar, teníamos un entrenador fijo. Pero, no teníamos dinero para pagarle. Entonces, les digo a los chicos, se nos viene todo para atrás. A lo que ellos me dicen: dirijinos vos. Acepte, pero era re tímido para dirigir al principio.

Ellos, me motivaron a ser entrenador. Tengo Nivel 2 de entrenador, quise hacer el 3 pero por cuestiones económicas lo deje.

Lo que genera la cadena es impresionante, los chicos se ayudan entre ellos. Dos chicos son peluqueros, entonces, los demás se cortan el pelo con ellos. Otros son vendedores de ropa, se armó algo muy lindo”.

 

-¿Cómo puede hacer la gente para colaborar con este proyecto?

-KY: “En esta ocasión el que me ayudo fue Paco Garibaldi. Además, fue el primero que nos ayudó con las primeras camisetas. No tengo mucho contacto con gente de la política. Con el forme una buena relación, la confianza mutua fue buena. Es más, gente de él, se acerca y dos veces a la semana nos reunimos y me ayudan con las notas.

También publicó en mi Facebook, para que se visualice el trabajo que hacemos y eso nos ayuda a que la gente se sume.

Estoy muy agradecido por la ayuda de mucha gente, clubes como Santa Rosa, Macabí, Rivadavia, Colón, Regatas de Santa Fe, Gimnasia. Varios nos fueron ayudando a medida que se fueron enterando. La Asociación (ASB) también nos ayudó.

Se va armando una cadena. Todos pueden venir a entrenar, hay diferentes niveles. Hasta el año pasado teníamos tres equipos: el A, muy competitivo, el B era más recreativo; en el sentido de que era más flexible  con las cuestiones de trabajo o familia. El grupo C se armó, casi sobre la marcha, que lo dirigía Lautaro, ahora en República. Él le puso mucho pila al equipo.

Estoy muy contento con los jugadores y entrenadores que están y los que se fueron”.

 

-¿Cómo fue la respuesta de la gente a la hora de presentarle tu proyecto?

-KY: “Me costó 4 años. Cuando comencé, entre 2013 y 2014 y lo empecé a hacer efectivo en el 2017.

Primero me costó acomodarme a mí, porque el mundo vive cambiando constantemente. Entiendo a la gente desde las dos posturas. Por un lado, esta susceptible.

Cuando comencé el proyecto, se lo comenté a 4 amigos una noche y se me rieron. También, lo hablé con mi familia. Estaba trabajando y lo deje por el proyecto. Ahí entra lo que digo, la locura, la pasión o la confianza de uno mismo, para poder seguir adelante.

Cuando deje el trabajo. Me esforcé con el kiosco que tengo en casa y que me permitía tener más tiempo para dedicárselo a los chicos. Obviamente, tus padres quieren lo mejor para vos y me decían que no deje el trabajo, que iba a poder ayudar a los chicos desde otro lado. A lo que les decía, que al principio tenía que estar encima de los chicos para que se adapten y demás.

En ese momento, tuve 2 personas que confiaron en mí. Uno fue el primero que ayude, quien hoy está en el cielo. Además, otra persona que me cuesta nombrarla.

Salí para adelante. A medida que fui reclutando chicos y les fui mostrando el camino.

Porque hay muchos que hablan pero hacen poco. Un ejemplo: como entrenador, les digo a los chicos, hay que entrar en calor para entrenar. Porque si los chicos se quedan mirando el entrenamiento pero no hubo entrenada en calor, no les estoy enseñando nada. Por eso, salía a correr con ellos.

Les explicaba que el tiempo que paso con ellos, es porque yo lo quiero pasar con ellos. Además, tuve que dejar familia y amigos.

Todo costó 4 años, pero fue funcionando. Esas personas que no me apoyaron en el inicio, lo hicieron con el paso del tiempo. Reconocieron que al principio no le tenían fe a mi proyecto.

El mensaje para los chicos es que si quieren algo, tiene que ir por ello. Pero que tiene que dejar todo. Siempre intentarlo. ”.

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