Eugenia Bravo y Julia García, jugadoras del Club República del Oeste, dialogaron con Basquetboleando. Revelaron detalles del proyecto que lleva adelante la institución para fomentar el básquet femenino e instituirlo como una disciplina más en la misma. Además, de sus inicios en el deporte de la naranja, entre otras cuestiones. Entrevista.
Las jugadoras son parte de la iniciativa presentada y llevada a cabo por parte de entrenadores de la institución, como Mariano Espinosa y Lautaro Pereyra. En el que pretenden establecer al básquet femenino en el club, no solo con la Primera División sino que también sumarle las distintas categorías formativas.
La entrevista a continuación:
-¿Dónde estás y cómo vienen los entrenamientos?
-EB: “Estoy en Tostado por unos días. El club se cierra cuando se cierran los gimnasios. En cuanto a los entrenamientos está complicado, hay protocolo para deportes colectivos y de contacto. Por ello, son solo entrenamientos en aspectos individuales. Así que no hubo mucha dinámica este año.
Arrancamos el año con un grupo nuevo, entrenamos por dos meses y después se vino la pandemia y todo quedo en veremos”.
-¿Cómo te llegó el ofrecimiento de jugar en República y que es lo que pensaste sobre esa posibilidad en ese momento?
-JG: “Me encanto la posibilidad porque habían pasado 3 años de la última vez que habíamos jugado.
Pensaba que no iba a volver a jugar porque no quería jugar en otro club. Pero, me encanto la vuelta a República porque manejan otros horarios. Además, se sumó mi mamá como parte del equipo. Así que eso también me encantó.
Comenzamos el año re bien, con pretemporada a full pero la pandemia corto todo el avance. Veníamos re motivadas.
En cuanto a volver a República fue Lauti (Pereyra), nuestro técnico, quién me comentó que quería volver a armar el grupo. A la mayoría ya nos conocía, llamó a otras chicas más que conocía por ISEF. Así, que nos fuimos conociendo entre todas.
Respecto a la pandemia fue complicado porque ya llevamos varios meses y no es fácil seguir una rutina o hacer algo para no perder el ritmo. Nada se compara con estar en una cancha pero por lo menos para no volver en cero.
La mayoría se sumó y siguió. En lo personal, no me sume estrictamente al horario pero te adecuas. Porque muchas tenemos facultad, trabajo o demás cuestiones.
Ahora, hace poco nos avisaron que volvían a reabrir el club con la modalidad de distanciamiento. Todo individual, cero contacto y con mucha higiene. Es complicado adaptarse pero si las ganas están uno siempre le pone lo mejor”.
-¿Cuándo comenzaste a jugar al básquet?
-JG: “Comencé de adolescente. En realidad, primero jugué al vóley. Soy de una fisionomía grande.
Hubo un tiempo en Tostado, donde profes daban vóley y básquet al mismo tiempo. Uno de los profes me invito a jugar al básquet y acepte. Así, que durante la secundaria hice voley y básquet a la par.
Cuando vine a Santa Fe, comencé jugando al vóley. Pero, hubo un año en que Euge me contacta porque querían formar el equipo en República. Así, que acepte y fue mi primera vez en el club.
Armamos un equipo súper grande, había muchas chicas que jugaban en la Liga de Noroeste. Así, que no fue complicado de que nos pongamos de acuerdo y tengamos ese filling en la cancha.
Es más, hubo un tiempo en el que éramos un montón. Ahí, hubo una discordia porque todas queríamos entrenar y jugar. Tenés esos altibajos, de ser muchas en el equipo a ser solo 5 jugadoras”.
-¿Cómo apareció el básquet en vos?
-EB: “Mi familia es devota del básquet, así que todas las generaciones estuvieron involucradas al club.
Había arrancado con gimnasia deportiva. Esta todo en el mismo predio. En ese tiempo, en primaria, mis compañeras de gimnasia hacían básquet. Salíamos de gimnasia, saltábamos una ventana y llegábamos a la cancha de básquet a entrenar.
Así, que comencé entre los 5 o 6 años. Me terminó gustando más que la gimnasia deportiva. Entonces, me dedique al básquet de lleno.
Cuando fui a estudiar, buscaba un club para jugar en Santa Fe (ciudad), no hay muchos. En el momento que fui solo estaba Santa Rosa y República se estaba formando. Me contacto una de las chicas, Luisina, que también es de Tostado y estaba entrenando en República. El grupo estaba constituido, en su mayoría por jugadoras que eran de la Liga de Noroeste y nos conocíamos de ser rivales.
República es como mi segundo club. Tiene un ambiente hermoso, la gente es de confianza y muy familiar”.
-¿Llegaron a enfrentarse con diferentes equipos en Tostado?
-JG: “Si ella es de San Lorenzo y yo soy de Atlético. Pero, más allá de que jugamos e equipos diferentes, siempre nos llevamos bien.
Los clásicos femeninos y masculinos son iguales, muy intensos y duros. El Femenino es con mucho roce físico.
En la cancha es una cosa y afuera es otra. Es más con Euge, jugamos puestos diferentes y no nos defendemos. Ella es base y yo ala pivot.
No tengo recuerdos darle un caso.
Hace unos años en Tostado, comenzaron a hacer spot de básquet femenino y masculino. Hicimos con ella, practicamos las jugadas”.
-¿Cuáles eran los objetivos a comienzos de año?
-EB: “El club se había propuesto un proyecto a largo plazo. Este año era instalar el básquet femenino en el club y que la Primera División sea una categoría referente para las categorías inferiores.
El equipo de Primera de República que se presenta era el primero, no había inferiores.
Este año, Mariano Espinoza con Lautaro Pereyra presentaron un proyecto para que el el básquet femenino sea una disciplina más en el club.
La idea de la Primera era formar un equipo competitivo y que sea un espejo de las nenas y que el proyecto se extienda en el tiempo.
Estamos reclutando gente, se estar armando un lindo equipo. Una lástima que se halla cortado por la pandemia.
Esperemos que se reanude la actividad y que se continúe con esta idea que esta buena. Es interesante la idea de la inclusión de género en un espacio deportivo”.
La entrevista completa en el siguiente enlace (del minuto 6´56´´ a 40´50´´)