Marco Giordano, jugador de Regatas Corrientes en Liga Nacional dialogó con Basquetboleando. Comentó sus inicios en el básquet y su llegada a la Liga Nacional. Su momento en la Selección Nacional y la medalla en los Juegos Olímpicos en la modalidad de 3×3, entre otros temas. Entrevista.
El jugador rosarino se pudo recuperar de una dura lesión, que incluyó pasar por el quirófano. Tuvo su tiempo re recuperación y pudo volver a las canchas. Pero, ahora la pandemia lo volvió a frenar –como a todos los deportes a nivel mundial- y en este tiempo de receso obligatorio se tomó unos minutos para conversar con Basquetboleando. La entrevista a continuación:
-¿Cómo estás atravesando este tiempo de receso obligatorio?
-“Estoy en Rosario. Es una situación complicada para los deportistas porque te saca de la rutina habitual. Estoy entrenando en casa de la mejor manera posible”.
-Te recuperaste de la lesión y pudiste jugar algunos partidos antes del parate. ¿Cómo asimilas esa situación?
-“Si había atravesado una lesión que duro seis meses. Fue duro ese tiempo y una vez recuperado, volví y pude jugar cinco partido. Ahora se para todo y es como un volver a estar parado sin entrenar con normalidad y sin jugar. Se hace pesado pero uno tiene que saber superar obstáculos que le aparecen. Esta vez, son circunstancias especiales y hay que saber sobrellevarla de la mejor manera”.
-¿Cómo fue el origen de la lesión y cuáles fueron los primeros pasos de recuperación?
-“Costo mucho. Me prepare mentalmente porque me enteré tres meses antes de que me tuviera que operar. Entonces, tuve ese tiempo de proceso para poder asimilarlo y prepararme para lo que debía afrontar. Especialmente, la cantidad de tiempo que iba a estar inactivo. Me ayudo el hecho de ir al psicólogo. Luego, una vez que me opere no quedó otra que dar lo mejor de mí para poder afrontar esa situación y volver de la mejor manera a las canchas”.
-¿Cómo fue ese regreso a las canchas? ¿Sentiste dolor en algún momento?
-“Si tuve mis dolores. Tuve días en los que me sentí bien y entrene normalmente. En otros, me dolía la cadera y tenía que salir de la cancha. Pero a medida que iba pasando el tiempo, iba disminuyendo el dolor. Más allá, de que el dolor siempre estaba en diferente medida, porque era parte de la lesión y con el tiempo fui superando esa situación. Me habían explicado que si había dolor no me preocupe, que era algo normal por la propia lesión.
Uno cuando vuelve de la lesión quiere estar al máximo y no tener dolor. Cuesta asimilar saber pasar ese transcurso entre el tiempo de recuperación y el volver a jugar con ese dolor, que va disminuyendo y con el tiempo se va a ir”.
-Te fuiste a jugar a Regatas Corrientes con 15 años. ¿Cómo fue el desarraigo con la familia? ¿Te costó ese proceso o sabías que era la manera de poder progresar?
-“Tenía claro que en algún momento me tenía que ir de mi casa, de mi ciudad porque acá (Rosario) no hay básquet profesional. Sabía que la mejor manera era irme a otra ciudad, otra provincia. Entonces, llegó la posibilidad llegó más temprano de lo que pensé porque me quería ir con más edad.
Cuando me fui los 15, era muy chico para la normalidad con la que emigran los jóvenes. Al principio no me costó porque estaba muy motivado y concentrado en lo que quería. Pero a medida que pasó el tiempo, fui extrañando a la familia y costó en su momento”.
-El debut en la Liga Nacional te llegó desde muy joven. ¿Cómo asimilaste esa situación?
-“Ese segundo en el que el entrenador te llama para entrar a la cancha, se te pasan mil cosas por la cabeza. Después una vez que entras, jugas y te divertís. Pero sí te pones muy nervioso. También tenés ese miedo de entrar y cometer miles de errores. Pero una vez, que entras, jugas y te divertís. Es por eso, que yo practico este deporte, porque me gusta y me divierto”.
-Más allá, que te sorprendió tu salida temprana de Temperley de Rosario. En ese momento que estaba bien el equipo en etapas nacionales (formativas) y vos ibas muy bien. ¿Intuiste que en algún momento te podías ir del club o te sorprendió lo de Regatas?
-“En su momento había hablado con Pablo Fabré en su momento durante el 2015. Pero no asimilaba que me iba a ir o que por lo menos tenía la oportunidad de irme. Lo que tenía en mi mente era ir a conocer el club, entrenar un par de días en Regatas y tomar una decisión. Pero, tenía en mi cabeza que no me quería ir pero se terminó dando de un día para el otro”.
-Ahora que hay básquet profesional en Rosario, en la segunda categoría con Sportivo América. ¿Cómo rosarino como vez el crecimiento del básquet, la fomentación en la preparación de los juveniles?
-“Es bueno, que un club de la iniciativa para estar en los planos nacionales. Competir y dar pelea. Demostrar a otros clubes de que se puede progresar y traer el básquet profesional a la ciudad. También, que los más chicos se incentiven viendo jugar equipos de su ciudad. En sí, incentivar el básquet en la ciudad”.
-¿Qué significó jugar un Juego Olímpico en una modalidad a la que no estaban acostumbrados?
-“Nunca había jugado en la modalidad del 3×3. Costó adaptarse porque es muy distinto. Es otro estilo de juego, mucho más dinámico, con otras estrategias.
Más allá de que costó me sentí muy cómodo porque al haber más espacio te genera una confianza extra y te da la libertad de equivocarte. También podes tomar decisiones para el desarrollo de uno mismo.
Me ayudó mucho porque pude jugar libremente, sin restricciones y mis compañeros me daban mucha confianza”.
La nota completa en el siguiente enlace: (del minuto 55´35´´ hasta la finalización del programa)