Central volvió a ganar y se instaló entre los líderes. Una nueva victoria consiguió el aurinegro, cerrando así con una amplia sonrisa los dos juegos de local. Esta vez derrotó a Ameghino por 98-94, en un desarrollo infernal, a partir de un score cerrado, cambiante y con la intensidad que ambos equipos pusieron en el rectángulo.
Los de Villa María iniciaron mejor el partido, a partir de un andar prolijo y ayudado por algunas distracciones de los ceresinos. Sin embargo y de la mano de Vittar, Central comenzó a crecer y encontró en Lizárraga el gol que le faltaba. Luciano convirtió tres triples casi consecutivos y el trámite fue cambiando claramente.
Los dirigidos por Lancellotti ganaron el primer segmento por 29-22 y la reacción de los cordobeses llegó en el cuarto siguiente, para irse al descanso igualados en cincuenta puntos.
Lo que siguió fue muy electrizante, porque hubo pasajes favorables repartidos y los aurinegros lamentaron un triple de Aristimuño en el cierre del tercer episodio.
Esto le impidió irse con una ventaja de diez puntos al tramo decisivos, pero Ameghino hizo lo suyo, para respaldar esa reacción. Incluso se puso en ventaja nuevamente y desde allí hasta el final, fue incierto el resultado. Apareció en toda su plenitud Matías Martínez, su hermano Pablo y Brown, impusieron condiciones debajo de los acrílicos, entonces el triunfo se fue acercando y aunque con detalles muy finitos en ese andar. Salicrú aseguró el tanteador con dos lanzamientos libres y todo el Raúl Braica respiró profundo y aliviado.
Central volvió a ganar y se codea con los máximos exponentes del grupo. Otra victoria en su reducto y con el respaldo anímico suficiente, para emprender otra gira por el norte del país.
Informe: Prensa Central de Ceres
