Matías y Alejo Saidler, se sumaron a la zaga de “Post cuarentena con hermanos” para dialogar con Basquetboleando. Dejaron varios conceptos interesantes sobre la realidad de cada uno, objetivos y el futuro, entre otros temas. Entrevista.
En estas entrevistas especiales, y porque el tiempo lo permite, tenemos la posibilidad de conocer que piensan, sienten, opinan los jugadores. No solo su parecer en referencia a un partido o un torneo, sino también su mirada sobre lo que rodea al básquet y la vida misma. Los hermanos Saidler, que comparten el Club Macabí de Santa Fe, hablaron de diferentes aspectos colectivos y personales en la siguiente nota:
-¿Cómo venís llevando este tiempo sin competencia?
-MS: “Las primeras dos semanas fueron complicados, porque no entendíamos mucho que pasaba realmente. En casa seguía entrenando, me arme un gimnasio. Pero, a medida que paso el tiempo y la intensidad, las ganas iban disminuyendo.
Ahora, volviendo de a poco, entrenando sin tocarnos, sin mirarnos. Es complicado, sobre todo, mentalmente. De a poco, tratar de hacer lo que se puede, con los protocolos correspondientes”.
-En el tiempo de parate obligado, sin ningún tipo de actividad. ¿Hasta qué punto les servía y que te agoto?
-AS: “En los primeros 15 días no se hizo nada porque teníamos en mente que volvíamos pronto. Pero, una vez, que veíamos que iba para largo, si comenzamos de a poco a entrenar.
También, llegó un momento que sumado al estudio, se complicó más por el tiempo sin actividad. Entonces, se frenó de entrenar tanto en casa.
El hecho de entrenar sin contacto, respetando el protocolo, no es lindo. Pero, por lo menos podemos jugar al básquet, tirar al aro y nos sirve para descontracturarnos. Ya que veníamos de entrenarnos en casa, en un balcón, solos; ahora poder ver gente es diferente”.
-En tiempo de cuarentena ¿En qué empleaste el tiempo, que no le dabas en tu cotidianeidad por diferentes motivos?
-AS: “Prácticamente, seguí haciendo lo de siempre. En mi carrera, lo que se complico es la rendida de las materias.
Pero, en general, fue similar al período previo de la cuarentena. Si mucho tiempo en casa, entonces buscaba hacer cosas diferentes. Por ejemplo, di vuelta mil veces mi pieza. En fin, nada novedoso”.
-¿Aprovechaste este tiempo para hacer otras actividades?
-AS: “Vengo desde agosto del año pasado sin jugar (un año). Por todo lo que paso con Colón de Santa Fe. Ya que quedamos a mitad de camino, sin actividad en la segunda parte del año. Así, que unas ganas increíbles de volver a jugar.
Me hice fans de la serie de Jordan, creo que la vi tres veces. También, me intereso mucho el tenis. Si bien no es lo mismo que jugar al básquet, tiene movimientos similares. Como los cambios de direcciones, la agilidad para jugar.
Por otro lado, gimnasio y salir a correr. Todo, con el objetivo de tratar de mantenerse porque es complicado entrenar lo que es técnica individual, sin estar en la cancha o tener la pelota o teniendo las referencias.
Dentro de todo, con eso que hice me pude mantener”.
-En su momento, ¿Por qué decidiste ir a jugar a Colón de Santa Fe?
-MS: “Fue una situación muy particular. Se estaba armando la idea para jugar la Liga C. Había hablado con Lucas Vergara y con los demás chicos, se había planteado una idea interesante, competitiva. Teníamos una buena base de jugadores y complementarlo con juveniles del club. Finalmente, no se pudo terminar concretando.
Vino “mal parido” desde el principio y se terminó complicando demasiado. Ojala en algún momento tenga revancha y podamos concretarlo”.
-¿La idea era un cambio de aire? ¿Tener nuevos desafíos?
-MS: “Era la intención de jugar un nivel más en Santa Fe u otra liga en algún momento. Porque si bien, hace varios años que vengo dando vueltas, siempre por un motivo u otro, no se termina dando.
Ese año me pareció que era una oportunidad buena, para darse el gustito. En la facultad, estoy enchufado y en la parte final. No fue y seguro habrá una próxima vez”.
La entrevista completa en el siguiente enlace