Liga Nacional

QUE SEA PARA SEGUIR CRECIENDO

Agustín Cáffaro se convirtió en otro de los jugadores de la LNB que decidió emigrar hacia países sudamericanos para volver a competir en un futuro cercano. El interno, quien recientemente se vinculó con Urupan Basket para jugar el Metro de Uruguay explicó las razones por la que tomó esa decisión. Detalles

El interno de San Lorenzo explicó por qué tomó esta decisión, detalló las posibilidades que baraja para lo que se viene y confesó cómo vivió este parate y el tiempo de aislamiento durante la cuarentena.

¿Cómo fue el proceso para tomar esta decisión y por qué elegiste Uruguay?

La verdad es que las ganas de volver a competir, de entrenar en equipo y de poder seguir progresando desde ese lado hicieron que la decisión sea rápida. Desde que nos liberaron en San Lorenzo, por allá a mitad de marzo, que estoy haciendo todo lo que puedo tanto desde lo basquetbolístico como desde lo físico pero no tengo la posibilidad de hacer nada con oposición. Recién ahora en el interior se está dando en algunos lados la posibilidad de ir a algunas canchas. Pero, si por mala suerte se da algún caso, vuelve todo a cero. Todo eso más la buena predisposición tanto de San Lorenzo como de Urupán hicieron que se dé rápido. Y lo de que sea Uruguay se da principalmente por un tema de fechas. Si la liga vuelve en octubre/noviembre como estaría previsto, tengo que estar acá para cumplir con mi segundo año de contrato con CASLA. Y el Metro me da la posibilidad de jugar unos meses y liberarme en ese momento.

-¿Cuál es tu objetivo en ese país? ¿Pensás quedarte más adelante o volver a la Liga Nacional?

Por un lado, quiero aportarle al equipo todo lo que necesite para cumplir con las expectativas planteadas. Es gente seria con objetivos firmes y quieren jugar la LUB. Voy a dar todo de mí para que se logre ese objetivo. Por otro, como decía antes, seguir progresando basquetbolísticamente y no perder el ritmo de juego. En un principio, si se da todo como está planteado, terminaría y me volvería a jugar La Liga. Pero, si se llegan a mover las fechas acá en Argentina para diciembre/enero, no descarto quedarme a seguir compitiendo allá esos meses.

-¿Cómo viviste la cuarentena y qué sabes del impacto que tuvo en Uruguay el COVID-19?

Es algo que, sobre todo al principio, me costó un poco. Usé el tiempo para hacer un curso que tenía ganas de hacer y pude disfrutar de mis seres queridos, pero no dejé de entrenar. Aprovechaba un terreno de la casa con las medidas aproximadas de la cancha para hacer pasadas, subía y bajaba escaleras, hacía ejercicios de dribbling, trataba de hacer la parte del gimnasio con unos elementos que tenía, me colgaba de los tirantes a hacer dominadas. Lo que podía. Después me fui armando y terminé con un aro colgado en la pared, discos, mancuernas, bastante bien armado, y por suerte se pudo salir a correr. Pero ya son tres meses y medio y no pude meter nada de oposición. Ya estaba necesitando jugar, tanto desde lo físico como desde lo mental. Así que cuando pasó y las partes me dieron el ok no lo dudé. Con respecto al impacto del virus en Uruguay, lo que pude ver de afuera es que lo pudieron controlar bastante bien, y eso también sumo dentro de la decisión.

 

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