Asociativo A1

LOS DÍAS DE LOS VILLALBA EN CUARENTENA

Maximiliano y Nicolás Villalba, hermanos y jugadores de básquetbol, conversaron con Basquetboleando. Comentaron como atravesaron la cuarentena, el último torneo asociativo en Colón de San Justo que compartieron, la actualidad de cada uno y anécdotas de familia, entre otros temas. Entrevista.

 

En la tercera entrega de “Los hermanos en Cuarentena” dialogamos virtualmente con los hermanos Nicolás y Maximiliano Villalba. Nico con último paso por Colón de San Justo y Maxi en Almagro de Esperanza, en el asociativo y Copa Santa Fe, respectivamente.

Hicieron un repaso de estos más de 100 días sin actividad oficial, sin torneos, entrenamientos en cancha. Hasta que se pudo volver, con ciertos protocolos, por lo menos a entrenar y tocar una pelota.

Además, lo que significó haber llegado a la última final del torneo asociativo con Colón de San Justo. El paso de uno de ellos en la reciente temporada en la Copa Santa Fe, la actualidad del básquet local y demás cuestiones extra basquetbolísticas, en la siguiente entrevista que podrá leer a continuación:

 

-¿Cómo venís llevando estos más de 100 días de cuarentena?

-MV: “La cuarentena me agarró en San Justo y sigo acá. Al principio, fue muy complicado como en todos lados, porque solo se podía salir al supermercado.

A medida, que iba pasando el tiempo y no había casos en la ciudad, se fue habilitando de a poco. Así, que son menos días de cuarentena. Estamos más aliviados.

Obviamente, esos 70 días fueron muy nuevos, sin saber cómo afrontarlos y que hacer.

Manteniendo el entrenamiento tres o cuatro días a la semana, sin saber qué hacer”.

 

-¿Dónde te agarró el inicio de la cuarentena y como lo fuiste procesando?

-NV: “También me agarró en San Justo, estaba viviendo allá. El tema laboral no me afecto mucho, seguí trabajando casi normal. Viajando, casi toda la semana a un campo que queda cerca de Vera.

Afrontando situaciones nuevas. Con el tema del básquet, se me complicó mucho poder seguir entrenando. Así, que el tema entrenamientos no me afecto porque no tenía tiempo para hacerlo. El profe del club, nos enviaba trabajo durante la semana, pero yo no tenía espacios en blanco para hacerlos por el trabajo. Se me hacía difícil hacerlo solo en el campo.

Ahora, que recién se habilitaron los protocolos para volver a entrenar en el club de manera más restringida, me pude acomodar como para volver a entrenar.

A mí, la cuarentena me afecto más que el resto pero estoy empezando a entrenar nuevamente con los chicos en el club. Estoy, haciendo más físico que táctico”.

 

-¿Qué balance podes hacer de lo que fue el 2019 de Colón de San Justo?

-MV: “El año pasado me termino dejando un gusto amargo por el último traspié mío.

La verdad, después de todo lo que pasamos en el año, haber repetido una final con el equipo fue más que valorable. Porque habíamos empezado el semestre con varios traspiés. No podíamos terminar de acomodar el equipo. Entonces, el hecho de haber podido llegar a una nueva final y competir contra un equipo como fue Unión, que era el candidato por excelencia y que venía con otro tipo de rodaje; competir contra ellos fue bueno. Más allá, de que yo no tuve en esa final, fue importante. Sobre todo, para mantener una línea importante de trabajo. Algo, que no es fácil de sostener, como el mismo equipo. Así, que haber llegado a esa final fue un premio para el equipo”.

 

 

-¿Crees que fue un envión el tramo final de la fase regular, donde logran clasificar a semifinales?

-MV: “Se nos hizo muy difícil el torneo, en el desarrollo de la fase regular. Pudimos llegar un poco más acomodados al tramo final. Conseguir ese premio, que para nosotros era el objetivo principal: clasificar a los playoffs. Y haberlo conseguido de la forma que lo hicimos, fue muy lindo.

Obviamente, sabíamos que el cruce iba a ser muy difícil. Porque, Alma venía muy bien, con mucho rodaje y mucho gol. Sabíamos lo difícil que se nos iba a hacer.  Veníamos con ese envión y no nos iba a parar nadie. Íbamos a intentar hasta lo imposible por ganarle al uno”.

 

-Ambos expresaron que fue un torneo difícil para Colón SJ. ¿A qué se lo atribuís?

-MV: “Colón tenía el año pasado un equipo que si bien tenía jugadores de afuera como Nico (Villalba), Gustavo (Imsandt) y yo. Quienes teníamos una vida social armada acá con laburo, familia, con cuestiones extra basquetbolísticas, que por ahí se complicaban. Sumado, a que los chicos de acá, practican el básquet de una forma amateurs y por amor a la camiseta. Por ahí, las prioridades eran otras. Ya que había chicos que no podían entrenar por laburo. Entonces, muchos entrenamientos, no llegábamos a 8 o 10 jugadores.

La verdad, que en el camino eso se hace largo, porque terminas entrenando un domingo y jugas un martes. En la semana, todo se hace largo, porque recién entrenas un jueves. No juntar gente para un entrenamiento y buscar la forma de hacerlo dinámico, te lleva a un fin de año con mucho desgaste.

A parte, las lesiones que eso lo puede tener cualquier equipo. Se hizo muy difícil y muy desgastante, por eso el festejo y desahogo de haber clasificado entre los cuatro primeros. Fue uno de los premios más grandes que tuvimos en el año”.

 

-Haciendo hincapié en la semifinal con Alma Juniors. ¿En qué momento de la serie, ustedes entendieron cuál era el punto débil de Alma Juniors e hicieron foco en ello?

-NV: “Uno de los puntos clave fue la lesión de Germán (André). Nosotros teníamos planificado un sistema de juego, desde antes del primer partido, pensado en Germán, que era el arma principal del equipo en la carta de gol. Sabíamos que si cortábamos esa vía, podíamos llegar a tener una chance.

Entonces, la lesión de Germán a los 5 minutos de partido, nos modificó todo. No solo a nosotros, sino a los dos equipos.

Alma supo capitalizar mejor esa herida que tuvo en el partido. En cambio, nosotros en ese primer partido no nos llegamos a acomodar, a releer el juego de la manera que lo teníamos que haber hecho.

En el segundo partido, que si bien teníamos una identidad de juego, pudimos comprender de que si estaba o no Germán, todo dependía de nosotros.

Básicamente, esas dos o tres últimas fechas, donde habíamos conseguido una identidad de juego en la etapa regular, nos había demostrado para lo que estábamos. No fue la imagen de la fase regular completa. Porque, estuvimos –durante el año- complicados para poder entrenar bien. Porque los que laburábamos y no podíamos viajar para entrenar y había chicos que entrenaban solos. Hasta había entrenamientos con solo 4 o 5 chicos entrenando y todo se hacía más pesado.

Entonces, creo que recién, en las últimas fechas de la fase regular, pudimos demostrar para lo que estábamos. Desde, ese momento, creo que la clave fue contra Rivadavia Juniors, hicimos el clic.

A todo esto, entendimos de lo que nosotros podíamos demostrar y ser capaces de lograr en la cancha.

 

La entrevista completa en el siguiente enlace:

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