no levantan cabeza. Perdieron de nuevo, esta vez en Houston (109-93). Suman 11 derrotas en sus últimos 14 encuentros y ven seriamente amenazadas sus opciones de clasificarse para los playoffs. De no conseguirlo, verían interrumpida su extraordinaria racha de 20 temporadas seguidas disputándolos, desde que Gregg Popovich cumplió su primera campaña entera como máximo responsable técnico del equipo.
Tras su derrota en Houston, los Spurs han caído al décimo puesto de la Conferencia Oeste, aunque tienen el mismo balance, 37 victorias y 30 derrotas, que los dos equipos que le preceden Utah, octavo, y Denver, noveno. La clasificación está muy apretada ya que Portland es tercero con solo tres victorias más que los Spurs.
Las lesiones están lastrando el rendimiento del equipo texano. En Houston, Aldridge y Ginóbili se añadieron a la baja de Kawhi Leonard, que esta campaña solo ha podido disputar nueve encuentros. Por fin parece que está a punto de reaparecer. No juega desde el 13 de enero. Algunas informaciones apuntan a que podría regresar a las canchas este martes en el partido ante Nueva Orleans.
La derrota de los Spurs fue más contundente de lo que indica el marcador. Los Rockets dominaron desde los primeros minutos y llegaron a contar con 25 puntos de ventaja. James Harden tuvo suficiente con 29 minutos para marcar diferencias con 28 puntos, seis rebotes y seis asistencias. Chris Paul sumó 18 puntos y nueve asistencias. Los Spurs estuvieron muy por debajo del nivel de sus oponentes. Pau Gasol jugó 15 minutos y aportó cuatro puntos y cuatro rebotes. Los reservas Derrick White y Paul Forbes, con 14 puntos cada uno, fueron los máximos anotadores de los Spurs.