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CRAGNOLINO-VILLANUEVA: PROYECCIÓN- CRECIMIENTO- FIRMEZA- VOLUNTAD

Lucila Cragnolino, jugadora del Salerno Basket de Italia y Paulina Villanueva, jugadora de Ben Hur de Rosario, dialogaron con Basquetboleando. Ambas jugadoras con pasado en la Asociación Santafesina de Básquetbol (ASB) e integrantes de las Selecciones Provinciales, conversaron de todo en una extensa entrevista exclusiva. Entrevista.

 

Dos jugadoras con proyección en el básquet local, en sus inicios, y ahora a nivel provincial e internacional, como son Paulina Villanueva y Lucila Cragnolino, comparten su pasión por haber vestido la camiseta de su Asociación en los torneos interprovinciales y también la de la Provincia en Tornes Argentinos.

Además, de ello, hablaron de sus inicios en el básquet y que es lo que proyectan a futuro, en la siguiente nota que leerán y verán a continuación:

 

-¿Cómo es tu vida en Italia, incluida la cuarentena, y como está ahora la situación?

-LC: “Ahora está más tranquilo todo. Después de tres meses de encierro, de trabajos en casa. Ser fuertes de la cabeza porque la realidad va a cambiar, no va a ser la de antes, va ser muy difícil todo.

Hasta que se esclareció el panorama y volvimos a entrenar. Volver a tirar al aro en una cancha, como lo hacías antes sin mascarilla o barbijo, me puso muy contenta.

Ahora esperando a saber cuándo se reanudará el torneo. Eso va a determinar cómo van a hacer las cosas acá. Ya firme con el club para el año que viene, así que por ese lado estoy muy tranquila.

Así que esperando las noticias para saber cómo evoluciona todo”.

 

-¿Cómo estas llevando este proceso? ¿Cómo fue el inicio y cómo ahora que se van liberando actividades?

-PV: “Recién comenzamos a entrenar fundamentos. En la escuela, no me saturaron con tanto trabajo. Entonces, entrenaba por zoom con el entrenador de básquet. También, hacíamos la parte física.

Con el correr de los días, se hacía pesada la situación. Pero, intentaba seguir.

Ahora, estoy feliz de que podemos ir al gimnasio y movernos más”.

 

-¿Dónde comenzaste a entrenar y cuáles fueron tus clubes hasta el momento?

PV: “Comencé jugando en República del Oeste con varones. Luego, me tenía que ir a fichar a un club donde se practique el básquet femenino. Ya que sino para la Selección y demás no se podía si seguía entrenando con varones. Entonces, fui a Unión de Santo Tomé por año y medio. Luego, me fui a Alma Juniors por dos años. Ahora, estoy en Ben Hur de Rosario”.

 

-¿Cómo fueron tus inicios en Unión de Santo Tomé hasta ahora que te depositaron en Italia?

-LC: “Sí comencé en Santoto a los 11 años. Después, buscando más competencia y un torneo más competitivo me fui a jugar a Atalaya de Rosario. Donde estuve tres años. Luego, a los 18 años me mude a Buenos Aires, ahí jugué para Temperley. Una vez que termine la temporada ahí, siendo verano me vine a Italia. En ese momento, solo estuve dos meses, en la etapa del descenso del equipo. Posteriormente, el año pasado hice una temporada completa en el mismo equipo”.

 

 

-¿Cómo fue ese inicio en Italia y en el momento que se encontraba el equipo? ¿Cómo fue manejar esa presión?

-LC: “Fue como “un tirarme a la pileta”, donde podía salir todo bien o todo mal. Por suerte, salió todo bien. En febrero, con el calorcito de verano, vamos a salir y comer con mis amigos y en un momento me llega una llamada del papá de mi mejor amiga. Chiara  De Virgilio, que también juega al básquet.

Me dice: me acaban de pedir por una base y si tenés algún 4. Vos estarías dispuesta a irte a Italia la próxima semana por dos meses.

En ese momento, estaba en la facultad y era renunciar a todo por una aventura. Además, tenía que venir a Italia a realizar todos los papeles, todo sobre la marcha. Sumado a que soy súper desconfiada y miedosa. Agarré el pasaporte y me subí al avión diciendo “a donde voy y que estoy yendo a hacer”.

De repente, se fue dando todo súper fácil. Sin haber hecho pretemporada. Pero fue como si “tuviera superpoderes” en una situación bajo presión en algo que te gusta. Simplemente, lo ves fluir.

Teníamos que ganar 4/4 para salvarnos. Fueron cuatro partidos con la soga al cuello. Ganamos los cuatro partidos y nos salvamos. No caía fue una situación en la que realmente nunca reaccioné en lo que estaba haciendo”.

 

-¿En qué momento hiciste el clic de que querías jugar profesionalmente al básquet?

-LC: “Fue en mi último año en Atalaya. Termine el secundario y me fui a Buenos Aires. En Temperley, fue el primer año en que me fui a vivir sola y comencé la Universidad. Ahí, comencé a ver realmente como era el básquet profesional. Porque la Liga de Rosario, cuando me fui, se había reducido en cantidad de equipos. Además, muchas de las chicas que jugaban en Rosario, hacían otra cosa.

En cambio, en Buenos Aires estaba la Liga Metropolitana, el cual es potente y muchas chicas jugaban Liga Nacional.  Entonces, al verme tan cercana a esa realidad, dije se puede alcanzar.

De chiquita decía: ¿Qué es Buenos Aires? ¿Es otra vida?. Pero el haber estado ahí me hizo ver que se podía. Que si laburabas, realmente podías lograrlo.

Ahí fue el clic de que podía hacerlo profesionalmente”.

 

-¿Cómo fue tu comienzo en República del Oeste y el hecho de entrenar con varones?

-PV: “Antes hacía otro deporte en Gimnasia y Esgrima. Luego, mi hermano comenzó a jugar ahí, por dos años porque después tuvo un problema en la rodilla.

Tenía un amigo que lo conocí por mi hermano. Me invitó a tirar al aro al club. No sabía que había femenino porque ni sabía que existía. En ese momento, viene el entrenador y dice: el miércoles comenzamos a entrenar. Entonces, le consultó si había femenino. Comencé pero al principio no me gustó porque me sentí “mala” a comparación de los chicos que jugaban bien. En ese momento, eran mixtos los entrenamientos. Después, con el tiempo, me comenzó a gustar el básquet. Me trataban re bien, era una más, no había diferencias. Era muy lindo jugar con ellos”.

 

La entrevista completa en el siguiente enlace: 

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