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BARBIERI-MAFFIOLI: LOS UNE EL BÁSQUET, AMISTADES, ANÉCDOTAS, DIRIGENCIAS

Miguel Barbieri, ex jugador y actual Presidente de Libertad de Sunchales, junto a Eduardo Maffioli, ex jugador y actualmente Tesorero de Rivadavia Juniors, conversaron con Basquetboleando. Comentaron detalladamente la realidad económica de sus clubes, los problemas que atraviesan a diario y como sobrellevan esta situación, entre otros temas. Entrevista.

 

Los une un club en su formación deportiva, amigos y la familia que te da el básquet. Ahora, ambos, involucrados en la parte dirigencial de Libertad de Sunchales y Rivadavia Juniors. Así, que muchas cosas por comentar, conocer y pasar un buen rato en una enriquecedora entrevista.

 

-¿Cuáles fueron tus orígenes en el básquetbol?

-MB: “Venía jugando a diferentes cosas, menos al básquetbol. Pero me vine a vivir a Santa Fe, porque estaba en Río Gallegos. Aunque siempre escuche de básquet por un primo de mi mamá. Así, que cuando fui a Santo Tomé, tenía a mis compañeros de escuela que jugaban todos al básquet, pero yo venía jugando al vóley, entonces tenía que definir qué deporte iba a seguir practicando. Regatas me quedaba muy lejos y Rivadavia me encantó porque llegué y estaba justo el “Piojito” Toniolli. Me gustó mucho todo.

En mi infancia no tuve amigos porque mi papá era Militar y viajábamos mucho. Entonces, mis amigos de la infancia son los de Rivadavia. Son mis amigos de siempre y lo serán. En definitiva fue el lugar, donde encontré toda mi banda de amigos.

Pienso, que cuando uno se identifica con las personas que son o su espíritu, si es un lugar donde te asemejas y disfrutas, ese es tu lugar.

Rivadavia es un lugar de amigos, es un lugar donde para ganarles tenés que “matarlos”. Eso, es la esencia. Así que yo soy así también. Me termine de cultivar y de formar mi carácter y demás con el deporte.  Siempre, seré agradecido de eso.

En ese tiempo, también estaba el “Negro” Obregón, un maestro de las inferiores.

Después, fui pasando por las diferentes actividades en el club.

Ahora, de diferentes maneras sigo ligado al básquet”.

 

-¿Qué significa Rivadavia Juniors para vos?

-EM: “Yo nací, en la casa que sigo viviendo, hace 53 años. Vivo en la misma manzana del club.

Cuando el club, no tenía techo, mi mamá me mandaba al club. Entonces, me subía a la terraza de mi casa y me cruzaba al club. Toda mi familia estuvo toda la vida ligada al club.

Si bien, en algunas oportunidades jugué en otras instituciones, Rivadavia forma parte de mi vida desde los 5 o 6 años.

En esa época recuerdo que el “Cholo” Mendoza era el baluarte del club. Para mí fue un golpe bajísimo el día que Cholo se fue, no entendiendo – en ese momento- por donde pasaban determinas situaciones. En ese momento, quedaron un grupo de jóvenes”.

 

-Actualmente, sos el tesorero del club. ¿Cómo está sobrellevando económicamente esta situación que atraviesa el mundo?

-EM: “El club, por lo pronto, esta cerrado. Todavía no tenemos la autorización municipal para poder participar. Ni bien, la Municipalidad autorice a la Asociación, después los clubes tendremos que ir a presentar el protocolo propio.

Con respecto, a lo económico ni subsistiendo. Porque la Nación ha otorgado, hasta el momento únicamente, los ATP. Son los medio sueldo para los empleados con relación de dependencia, para aquellos trabajadores registrados. Esa es toda la ayuda que tenemos desde el lado Oficial. No hay otra cosa hasta el momento.

La Provincia no se ha hecho  ver. Estamos a la espera de la Ley que tiene media sanción de Diputados. Pero, desde el Poder Ejecutivo parece como si todo estuviera “normal”. No han acusado el impacto de esta pandemia en estos 90 días que llevamos cerrados.

Desde ya agradecemos a socios que siempre siguen colaborando con el aporte de la cuota. Con eso, hemos podido pagarle, el otro medio sueldo a los empleados.

Esperando, que esta situación se pueda sobrellevar de alguna manera para poder llegar a la apertura”.

 

 

-¿Te sirvió el básquet para impulsarte en tu vida posterior?

-MB: “Por supuesto que sí. Mi primer trabajo como veterinario lo tuve gracias al básquet. Empecé a trabajar en la Municipalidad, no porque era el mejor veterinario de la ciudad sino porque era ex jugador de básquet. Luego, mi segundo trabajo que fue en una de las empresas de Sancor, fue por el básquet. Estar siempre en la vidriera o ser alguien conocido  te da esas posibilidades.

Después, uno va desarrollando su profesión y demostrar su calidad profesional.

Pero, siempre –porque lo aprendí en Rivadavia- el hecho de poder ser un deportista es una exposición muy grande no solo porque la gente te conoce como jugador y como persona.

Además, si tenés una posibilidad de ser profesional, siempre te da una chance de que te den una mano. Soy fanático de las categorías formativas.

Siempre me encargó de decirle  a los chicos de que independientemente la categoría y nivel en el que jueguen, con la exposición que uno tiene, siempre que uno sea una persona simple, alguien lo va ayudar. Eso es un privilegio que tenemos los deportistas”.

 

-¿Cómo se dio la posibilidad de llegar a Libertad de Sunchales y ser el Presidente del club?

-MB: “Después que jugué en Rivadavia Juniors, me fui a Unión de Santa Fe en Liga Nacional A. Luego, me fui a jugar a Estudiantes de Concordia. En ese tiempo, falleció mi papá y a los meses nació Antonella, mi hija mayor. También, estaba estudiando veterinaria. A la vez, tenía que tomar decisiones. Porque, tenía la posibilidad de ir a jugar a Independiente de Pico o ir a Venado Tuerto. Fui a practicar a Olimpia (VT). En definitiva, tenía que decidir si buscaba un club que me quede cerca de la facultad para seguir mi camino de veterinario. Que siempre fue mi pasión.

Entonces, la decisión fue venirme más cerca de la facultad. Quién me recomendó que viniera a Libertad fue “Quique” , que salió campeón con Libertad y ascendió a lo que era la Liga Nacional B, hoy llamada Liga Argentina. Me hablaron y llegamos a un acuerdo.

El primer año que jugué en Libertad, viaje todos los días desde Sunchales a Esperanza, de la forma que sea. Porque, necesitaba ponerme en línea con la facultad. Ya que comenzaba a quedar libre en algunas materias. Así, fue hasta que me recibí. Todo lo cuento como una anécdota por estar orgulloso de haber hecho demasiado esfuerzo. Porque al final del camino me recibí y con la ayuda de mi esposa.

Fue dura la pérdida de mi papá. Además, venía postergando la facultad por el básquet.

En definitiva, con Anita (su esposa) criamos nuestros hijos y ella también se recibió de veterinaria. Siguió el camino y ahora tenemos una hija médica recibida. Es pediatra. Otra, es Profesora de Educación  Física. Además, tenemos dos varones más. Así, que felices por todo lo logrado”.

 

La entrevista completa en el siguiente enlace:

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